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Rutas temáticas por Barcelona

Ruta de las medianeras en Barcelona lado Llobregat

Barcelona Posa’t Guapa fue uno de los proyectos más transformadores que trajo las Olimpiadas a la ciudad, en cuanto transformaba no solo las zonas olímpicas, sino también todo el entorno urbano barcelonés. En esta primera parte repasamos sus hitos e influencias en los barrios del sudoeste: Sants, Les Corts y Eixample Esquerra.

La primera de las rutas en homenaje a ese proyecto transformador que supuso el Barcelona Posa’t Guapa nos adentra por tres distritos tremendamente populosos y populares: Sants, Les Corts y Eixample Esquerra. Tres lugares que saben como ninguno convertir las medianeras en Barcelona en algo más que una pared desnuda y afeada.

Llamada «de las medianeras en Barcelona» por ser este el elemento más característico intervenido en las acciones que componían el proyecto original y que tuvo continuidad con el Institut de Paisatge Urbà, también incluye elementos urbanos y muralistas que han servido para mejorar la cara más visibles de esta ciudad: su forma peculiar de abordar el urbanismo.

Además de los puntos clave que componen la ruta, les acompañan espacios singulares que descubrir durante el paseo: una forma de redescubrir la Barcelona de los barrios mediante el arte urbano y el urbanismo presente en el día a día de sus ciudadanos. ¡Endavant!

Las otras rutas de las medianeras en Barcelona
Ruta de las medianeras en Barcelona lado mar
Ruta de las medianeras en Barcelona lado montaña
Ruta de las medianeras en Barcelona lado Besòs

Ruta de las medianeras en Barcelona lado Llobregat

Inicio: Carrer del Foc (L10 Sud)

Final: Plaça Espanya (L1)

Duración: Dos horas (7,5 km.)

12 paradas

Jovedelik (Espai Jove La Bàscula)

La primera de las paradas de la ruta de las medianeras en Barcelona, por cuestiones geográficas, no se engloba dentro de lo que fue el proyecto Barcelona Posa’t Guapa, -en activo desde 1985 hasta 2009-, sin embargo, bebe de su espíritu y no sería posible sin el empuje que el proyecto original dio a este tipo de ideas.

Así, sirve este primer contacto para reincidir en que hay más Barcelona Posa’t Guapa que los proyectos oficiales: desde obras tempranas a principio de los 80 que moldearon el proyecto, hasta la segunda década de los dosmiles y la actualidad, donde el activismo vecinal ha ganado aún más protagonismo.

Es en este último grupo donde podemos englobar la obra que decora la fachada lateral del Espai Jove La Bàscula: un mural (que no medianera) de grandes dimensiones que reivindica el carácter del espacio, creado en 1988 para el desarrollo musical de los jóvenes del barrio de La Marina.

La Bàscula como espacio de creación musical, tuvo entre sus ilustres visitantes a unos aún desconocidos Green Day, que tocaron el 29 de noviembre de 1991 ante apenas 50 personas.

Así, mediante la pintura que el artista El Rughi realizó a finales de 2020 tras resultar el proyecto ganador de un concurso público participativo, se recuerda que en este espacio la creatividad fluye mediante el concepto de colectividad, con guiños a los comienzos del espacio (esa mixtape de los casettes en los que se grababa a finales de los 80) y a su futuro, materializado incluso en cómo se ha plasmado el dibujo, a través de los jóvenes del barrio que usaban el plantillado del artista.

Mural del Edificio Pantera Rosa

Seguimos apenas unos metros, -los suficientes para adentrarnos al populoso barrio de La Marina-, para descubrir otro de los proyectos post-Barcelona Posa’t Guapa que evolucionaron gracias a la participación vecinal.

Se trata de una obra efímera del artista Teo Vázquez, especialista en murales de gran tamaño y cuyo nombre sonará en más de una ocasión por sus variadas intervenciones en la ciudad.

La obra, por encargo del Casal de Barri la Vinya y con el apoyo del Ayuntamiento a través del plan de barrios, consiste en el empapelado de la torre que cubre las escaleras del edificio residencial con imágenes de doce vecinos reales de diferentes etnias convivientes en el barrio, como una muestra de orgullo y diversidad que caracteriza a este rincón barcelonés.

Por deseo y como parte del propio estilo de su autor, la obra es efímera al usarse la técnica del encolado para la fijación de las fotografías, por lo que debido a las inclemencias del tiempo, es probable que no sobreviva al 2022.

Fuente de las imágenes: Barcelona.cat

Qué ver en los alrededores

Entre La Bàscula y el mural del edificio Pantera Rosa, en un rincón del Barrio de La Marina de casas bajas tradicionales, nos encontramos con la esglèsia de la Mare de Dèu del Port: un lugar que no solo destaca por sus características formas que remiten al Baptisterio de Florencia en estilo sobrio y minimalista, sino también por sustituir a la antigua capilla del Port, perteneciente al castillo del mismo nombre datado en torno al 1030.

Estamos por tanto ante las reminiscencias de un lugar que siglos atrás era la línea de costa de Barcelona, justificación por la que el barrio recibe tal nombre y que, pese a sus rasgos humildes, cuenta en su interior con todo un excelente ejemplo del movimiento llamado «mediterraneismo»: fusión de las líneas barrocas de las masías catalanas con el exceso y las formas de las construcciones renacentistas.

En Barcelona encontramos otros ejemplos de esta particular arquitectura en el Santuari de Santa María de Pedralbes o en los palacios de la Agricultura y las Artes Gráficas de Montjuïc (actual ciutat del Teatre y museo arqueológico).
Fuente de la imagen: Google Maps

Mural de Can Sabaté

Y del presente pasamos al pasado más pretérito del Barcelona Posa’t Guapa… cruzando el barrio de la Marina por el que es su eje central, el carrer de la Mare de Déu del Port, dirección a Gran Vía en apenas unos minutos encontraremos escondido tras la verja de unos edificios residenciales uno de esos rincones «insólitos» por lo oculto y sorpresivo.

Se trata del Parc de Can Sabaté, un jardín urbano que pese a contar apenas con cuatro décadas, es historia viva de la ciudad por numerosas razones, aunque ninguna la ponga en el mapa de lugares turísticos, lo cual forma parte de su gran encanto.

Una de esas razones la encontramos en la que es su entrada principal a través del carrer de la Minería, donde una de las paredes medianeras de las torres Estrellas Altas (esta vez sí, hacemos justicia al sentido de la ruta de las medianeras en Barcelona), luce la que es la primera de las medianeras en Barcelona, decorada con sentido estético más que funcional, datada en 1982.

El grupo de torres Estrellas Altas fueron creadas por el miembro del GATCPAC Antoni Bonet i Castellana

Hoy en día la decoración de letras geométricas que deletrean el nombre del parque, y el árbol creado mediante estampado nos puede resultar kitsch y poco sorprendente, pero al momento de su proyección supuso toda una innovación, ya que suponía dar visibilidad (y creatividad) a un elemento arquitectónico que adolecía de toda belleza: las medianeras en Barcelona.

Es así como este inocente ejercicio de embellecer lo público a través de sus elementos menos estéticos, supuso la fuente de inspiración para el proyecto que nos ocupa en esta ruta, materializado 5 años después gracias a este olvidado rincón de la Zona Franca.

Mural Sants, la pagesía a les arrels

Se hace esperar en su tramo de Sants-Montjuïc las primeras obras pertenecientes de pleno derecho a Barcelona Posa’t Guapa… pero esta cuarta parada sin embargo, también le debe lo suyo al proyecto original, ya que se integra dentro de otro ambicioso plan por decorar rincones anodinos de la ciudad, en este caso fechado en 2022 y agrupado bajo el nombre de Murs de bitàcola.

Para ver una de las obras más majestuosa de este «Barcelona Posa’t Guapa» contemporáneo, -dedicado en exclusiva a explicar capítulos del pasado de la memoria popular de cada distrito-, debemos dirigirnos al corazón de Sants, abordando desde Can Sabaté la Gran Vía y cruzando hasta el carrer de Parcerisa que agotaremos al completo entre los edificios más vanguardistas del barrio de La Bordeta, los restos vivos de Can Batlló y las casas bajas que caracterizan estos barrios «de periferia» pero bien populares.

Qué ver en los alrededores

No hace falta desviarnos demasiado de la ruta indicada para apreciar la transformación de Can Batlló en, nuevamente, un espacio vital y central para el barrio de La Bordeta. Estamos ante el cambio de un espacio plenamente industrial, que trajo prosperidad a la zona de 1878 a 1960 como fábrica textil algodonera, y que tras décadas de decadencia volvió a ser relevante para sus vecinos en el nuevo siglo, cuando en 2011 se «okupó» para convertirlo en un centro vecinal autogestionado.

Este cambio de uso se oficializó en 2019, cuando el Ayuntamiento cedió los espacios fabriles para su uso comunitario, destinándose el resto del enorme complejo industrial para vivienda y para la construcción del que será uno de los parques más extensos de la ciudad.

Esta heterogeneidad de usos crea un paisaje que vibra entre el pasado industrial de la zona y la contemporaneidad de los edificios que el estudio Batlle i Roig Arquitectura (Enric Batlle / Joan Roig) están salpicando por la zona, del que destaca el llamativo Ó Building.


Seguimos dirección montaña hasta que Parcerisa se transforma en Sagunto cruzando el carrer de la Constitució, denominación que solo abordaremos durante unos metros, ya que en su cruce con el carrer de Súria y sin abandonar la dirección norte, nos encontramos de frente con la Riera de Tena, calle donde se encuentra nuestro siguiente stop en el camino en busca de las medianeras en Barcelona más emblemáticas.

Cuando la riera de Tena se cruza con la joven Rambla de Sants, nos encontramos con la joya de la corona del proyecto Murs de bitàcola: la obra Sants, la pagesía a les arrels.

Se trata de un mural de enormes dimensiones (250 metros cuadrados) que decora una pared medianera de un edificio «huérfano» en el solar en el que se sitúa. La ambiciosa obra muralista es fruto del artista Roc Blackblock, un reputado grafitero muy concienciado con los temas sociales y con una extensa obra en la ciudad.

Qué ver en los alrededores

El mejor lugar desde donde apreciar el mural de Blackblock es desde lo alto de la Rambla de Sants: parque creado en 2016 y que aprovecha la elevación que produce el cajón ferroviario cubriéndolo de vegetación para evitar su impacto visual.

Este parque es fruto de la lucha vecinal, cuya existencia de las vías en este tramo dividía inevitablemente en dos un barrio caracterizado por su unidad, si bien la idea inicial era el soterramiento y no el cubrimiento, lo cual no ha estado exento de polémica pese al bello resultado, ya que existen ciertas promociones de viviendas cuya cercanía con la nueva rambla resulta obscena e insegura (apenas medio metro de división en su punto más crítico).

En cualquier caso, actualmente Sants dispone de un nuevo pulmón verde de 760 metros lineales y una anchura media de 30 allí donde antes había ruido y suciedad. En un futuro se espera que este parque continúe adentrándose en L’Hospitalet, en cuyo término municipal acaba abruptamente dejando al descubierto las polémicas vías.

Este mural no solo nos recuerda el pasado payés de este populoso barrio barceloní, -más conocido por su etapa industrial que agraria-, sino directamente la historia del edificio que lo sustenta, ya que la foto familiar que reproduce está basada en una real realizada en la década de los 40.

Que haya acabado ampliada a una altura de cinco pisos es cosa de los dueños del edificio, que quisieron regalar esta inmensa obra no solo al barrio, sino a una de sus protagonistas, ya que una de las niñas que aparecen en la imagen es la abuela de la familia, que al cumplir los 87 años se encontró con tan espectacular regalo de aniversario.

Medianeras de Badal

Ahora sí, llegó el momento de encontrarnos con la primera «obra» fruto puramente del proyecto «Barcelona Posa’t Guapa». Y entrecomillamos el «obra» porque más bien se trata de una intervención que podemos encontrar tanto en diversos tramos de la Rambla de Badal (que es donde nos encontramos tras cruzar la Rambla de Sants desde Mercat Nou), como en otras medianeras de Barcelona decoradas para la ocasión en la época.

Se trata del fin más básico para el que se diseñó el proyecto pre-olímpico: decorar espacios que, por razones prácticas, quedaban desnudos ante la mirada ciudadana y mostraban cicatrices de la ciudad, como es el caso de las paredes medianeras de tantos y tantos edificios levantados sin sentido estético.

Así, en diferentes tramos de esta rambla datada de 1885, encontramos agarraderas de diferentes formas que sirven para que la vegetación natural cubran las vergüenzas de los urbanistas menos precavidos.

Qué ver en los alrededores

La Rambla de Badal es uno de los mejores ejemplos de vía barcelonesa que se va adaptando según marquen los tiempos. Su nombre proviene de los antiguos propietarios de los terrenos, los hermanos Badal, que hasta bien entrado el s. XIX lo destinaron a tierras de cultivo.

El imparable crecimiento de La Bordeta y Sants sugería que cambiaran su uso a uno más urbanístico, hecho que se consumó en 1885 facilitando el paso por sus tierras de las vías ferroviarias (lo que hoy es la Rambla de Sants). No fue hasta el 1914 cuando se comenzó a configurar la calle que hoy conocemos como rambla, que tuvo una nueva transformación en la década de los 70, cuando formó parte del por entonces primer cinturón de ronda.

La que es hoy la ronda del mig, ostenta el record desde 1997 de ser la autovía urbana soterrada más larga de Europa, pero volviendo a su superficie, encontramos en la Rambla de Badal toda una heterogeneidad de arquitecturas de las que destacan las farolas de acero corten en forma de báculo, fruto de la reforma tras el soterramiento.

Como dato curioso, en el tramo que la cruza con el carrer Roger (denominada a a esta altura, Rambla de Brasil) se encontraba el antiguo Ayuntamiento de Sants en la ya inexistente plaza Víctor Balaguer, que en una de esas comunes decisiones del alcalde Porcioles por hacer de Barcelona una ciudad incómoda, acabó derribado para que la autovía pasara por el lugar. De este acto destructivo solo ha sobrevivido la fuente del niño, que hoy es todo un símbolo de Can Mantega.

Encontramos estos ejemplos en el mismo cruce con la Rambla de Sants, junto al número 151, 163 y 188 y, ya convertida en Rambla Brasil una de las más recientes, en el cruce con el número 54-56 de Violant d’Hongría, donde desprovista de vegetación, las agarraderas crean formas curvilíneas a modo de coraza para que, a falta de verde, el frío acero corten sirva para que nidifiquen los vencejos.

Mural L’Hospitalet és diversitat

Tras pasear por esta bulliciosa, pero cómoda vía, nos desviamos hacia la izquierda por Avinguda Madrid para hacer un tímido adentramiento a la población vecina de L’Hospitalet, en cuyo tramo fronterizo de la Riera Blanca, a la altura del número 29, encontramos otras de las intervenciones más recientes, herederas del espíritu original pero esta vez trasladado a la ciudad más densa de Europa.

Se trata de un castell en el que los castellers son superhéroes y personajes infantiles de los 80, 90 y dosmiles. Obra del muralista Yoseba Muruzábal, representa la diversidad de L’Hospitalet a través de diferentes ídolos culturales.

De esta peculiar representación, en la base nos encontramos personajes como Peppa Pig, Doraemon, Son Gohan, Spiderman, Lara Croft, He-Man y su archienemigo Skelletor, diversos personajes del Pressing Catch, los Power Ranger, las Tortugas Ninja y un par más de personajes populares que culminan con ET como enxaneta del castell, con la mano levantada tal como buen casteller.

Muruzábal, muy reconocido en su Galicia natal por retratar a las mujeres rurales de similar forma, -como superheroínas del imaginario popular-, quiso representar así a finales de 2019 cómo una población tan diversa y con diferentes gustos como la hospitalina, puede unirse para un mismo fin, tal como ocurre con la hermandad que representa la figura del castell en Catalunya.

Qué ver en los alrededores

Riera Blanca es una calle fronteriza que rezuma vida. Lejos de parecerse a cualquier vía presumible del centro de Barcelona, es muy característica de lo que supone el día a día en L’Hospitalet.

Este hecho hace que pasearla suponga todo un ejercicio de folclore costumbrista donde más allá de la arquitectura propia del desarrollismo de los años 50, 60 y 70 del pasado siglo, podemos encontrar rincones como l’Institut Lluís Vives, perteneciente a las escuelas del Patronato tan presentes en toda Barcelona.

Por otra parte, en la acera que corresponde a L’Hospitalet y donde se aloja el propio mural de Muruzábal, encontramos un grupo de viviendas que, si bien estéticamente no destacan en absoluto, son parte de la historia de L’Hospitalet como ciudad eminentemente residencial.

Se trata de los bloques de casas de la Plaza Gernika, que suponen el primer grupo de viviendas sociales construidos en el municipio tras la Guerra Civil, por lo que aún a día de hoy se les conoce como «los bloques del caudillo».

Son un ejemplo de la arquitectura racional franquista, destacable por las deficiencias estructurales y los materiales de baja calidad, así como sus formas rectas solo rotas por la balconada del salón.

Poema Visual «A Franz Platko»

Continuamos Riera Blanca dirección montaña hasta que nos devuelve plenamente a Barcelona. Justo en ese momento nos encontraremos frente al Camp Nou en la Travessera de les Corts, en cuyo número 72 se sitúa otra de las emblemáticas obras del Barcelona Posa’t Guapa original: el homenaje al guardameta del Barça Franz Platko.

Se trata de un poema visual del periodista Carles Sindreu, en el que a la forma de Joan Brossa (junto con el que se considera creador de esta rama artística) dedica unos versos al portero culé: «Amb el llavi esquinçat, la ironia ara un home ha blocat» («Con el labio rasgado, la ironía ahora un hombre ha bloqueado»).

Este juego de palabras hace referencia al mítico acontecimiento que hizo popular al jugador barcelonista entre la afición blaugrana y futbolera en general, cuando un 20 de mayo de 1928, -en el partido de Copa que enfrentó al Barcelona con la Real Sociedad en Santander-, Platko tras una violenta jugada del combinado donostiarra, recibió 5 puntos de sutura en la cabeza.

Qué ver en los alrededores

Si en vez agotar Riera Blanca, hacemos un desvío por el comienzo de la Avinguda Madrid, la primera calle que surge de su acera lado montaña es el carrer del Comte Güell: un notable ejemplo más de las viviendas impulsadas por sociedades cooperativas que se realizaban a principios de s.XX (otro ejemplo lo encontramos en la Font de la Guatlla) y que nos remiten a la arquitectura colonialista inglesa, que aquí se definió como modernismo sobrio o tardío.
En concreto, este conjunto de casas corresponde a la promoción de viviendas de 1913 perteneciente a la sociedad denominada «Bienestar Obrero», a quien Eusebi Güell cedió los terrenos para que construyera en parcelas para los trabajadores de la creciente industria de Les Corts.

Lejos de abandonar la portería, el guardameta húngaro regresó a los 5 minutos para finalizar un partido cuya agresividad se justificaba con el alza de los nacionalismos. La valentía del guardameta inspiró a republicanos como Alberti, quien narró el suceso de la siguiente forma:

“(…) Un partido brutal. (…) Se jugaba un partido de fútbol, pero también el nacionalismo. (…) Platko, un gigantesco guardameta húngaro, defendía como un toro el arco catalán. Hubo heridos, culatazos de la Guardia Civil y carreras del público. En un momento desesperado, Platko fue acometido tan furiosamente por los de la Real Sociedad que quedó ensangrentado, sin sentido, a pocos metros de su puesto, pero con el balón entre sus brazos (…) apareció de nuevo, vendada la cabeza, fuerte y hermoso, decidido a dejarse matar. (…)”.

El poeta gaditano remató la faena con un poema que reflejaba el sentir popular bajo el título «Oda a Platko»:

No nadie, nadie, nadie.

Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la yerba de otro país.
¡ Tú, llave, Platko, tu llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo (…)

Desde 2009, este suceso se recuerda en un rincón de Les Corts muy frecuentado en las previas de partido en el Camp Nou, para que nuevas generaciones de culés a través de una de las más simbólicas medianeras en Barcelona, puedan recordar que, en ocasiones, el fútbol es más que once contra once.

Jardín Tarradellas

Una vez sumergidos en la historia del fútbol clásico, nos toca recorrer todo el barrio de Les Corts mediante su travessera para llegar al siguiente hito de esta ruta, muy cercano en el tiempo al poema visual pero ya fuera del proyecto Barcelona Posa’t Guapa, siendo de las primeras intervenciones de su tipo ya sin la etiqueta olímpica y plenamente dependiente del Institut Municipal del Paisatge Urbà.

El Institut Municipal del Paisatge Urbà surge en 1997 gracias al empuje del Barcelona Posa’t Guapa, al verse el Ayuntamiento en la necesidad de crear un organismo autónomo que coordine, impulse y lleve a la práctica las acciones tanto ya contempladas en el proyecto pre-olímpico como las futuras que, como las que son objeto de esta ruta, se fueran a llevar a cabo.

Se trata de uno de los primeros jardines verticales que se construyeron en España y el primero de Barcelona, que lo encontramos en la confluencia del carrer Berlín con la Avinguda Josep Tarradellas, quien le da nombre.

Para llegar hasta allí tendremos que recorrer toda la travessera hasta llegar a la parada de metro de Les Corts, donde los jardines de Can Bruixa nos llevarán a la calle del mismo nombre que, al cruzar Numància, se convertirá en la del Marquès de Sentmenat.

Qué ver en los alrededores

Dejando de lado la obviedad del Camp Nou, -que se hace bien visible en todo el primer tramo de la travessera de Les Corts-, en su segundo tramo (antes de que lo atraviese el carrer Numància) nos encontramos precisamente donde se encontraba el segundo estadio del FC Barcelona de 1922 a 1957, y en cuyos terrenos liberados se edificó el Bloc Les Corts.

Este mamotreto de 15 plantas hoy nos puede parecer anodino y más parecido a un avispero que a un edificio notable, pero al momento de su construcción, (en la década de los 60 y de manos del propio arquitecto de Can Barça), supuso toda una revolución arquitectónica por sus soluciones creativas ante la falta de espacio y la disposición a dos vientos de sus ventanales, que permitían luz y ventilación durante todo el día.

No es su suelo el único vestigio que queda del paso del FC Barcelona por estas lindes… Ya sea por remordimientos urbanísticos, o por romanticismo futbolero, a la reconversión de los terrenos sobrevivió el centenario pino de Les Corts, en pie desde 1893 y que, antes incluso de que se popularizara Canaletas, suponía el punto de encuentro de culés los días de partido.

Desde 1993 este pino piñonero es árbol de interés local.

Justo al final de esta nos espera uno de los hitos de las medianeras en Barcelona que, de no ser por Paisatge Urbà y el estudio de arquitectura Capella García, hubiese dejado al descubierto 250 m2 de ladrillo de obra y esqueletos de hormigón que ahora lucen cubiertos de 17 balcones sustentados por un muro de piedra.

En estos balcones crecen especies vegetales trepadoras y plantas de flor, anidan aves como el vencejo, mirlo, petirrojo, gorrión común y la abubilla, y otros seres vivos como el murciélago, la salamandra y la lagartija.

Murales de la Cárcel La Modelo

La siguiente parada nos coge cerca, algo que se agradece tras haber atravesado todo Les Corts y medio Sants… Bajando solo dos manzanas por Entença nos encontramos con el «monstruo» de la cárcel La Modelo, denominada así por ser todo un avance en sistemas carcelarios al construirse en forma de panóptico, permitiendo una perfecta visión de 360º grados desde su torre central.

El 8 de junio de 2017, justo cuando cumplía 114 años, este lugar dejó de ser un modelo para la represión, -demasiado visible en pleno centro de Barcelona-, para convertirse en un espacio cívico. Es así como sus aspecto gris y asfixiante se ha reconvertido en un lienzo donde por la propia iniciativa ciudadana, han ido apareciendo diferentes pinturas en sus muros que, más tarde, el Ayuntamiento oficializaría una vez se confirmó la recuperación del espacio para el barrio.

Esta confirmación era necesaria, ya que en un principio, las tendencias urbanísticas (eufemismo de consistorio especulador) sugerían que se demoliera la vetusta cárcel para aprovechar el espacio para promociones de vivienda privada, que son las que dejan más dinero en las arcas…

Pero en cuanto en 2014, la cárcel pasó a régimen abierto como prólogo a su cierre, -que se escenificó mediante el derribo de su ala noreste-, los vecinos movilizados mediante la plataforma «Fem nostre l’espai de la Model» comenzaron a hacer el proyecto suyo creando un pequeño jardín urbano.

Y como el que firma una obra para reclamar su autoría y la posesión como derecho, los vecinos quisieron rematar la faena añadiendo al espacio un mural reivindicativo. En un principio, se trataría de dibujos de Helios Gómez, impulsor del cartelismo republicano y autor de la capilla gitana, que encontramos en la celda 1 de la cuarta galería (la destinada a los condenados a garrote vil).

La elección de este autor respondía a que fue una de las victimas de la dictadura que acabó sus últimos días en esta cárcel, y como reproche a las propias autoridades encargadas del centro penitenciario por el intento de borrar su memoria blanqueando la capilla en 1996 (recuperada dos décadas después).

Que al final fuera la propia Dirección General de Servicios Penitenciario de la Generalitat quien pudiera autorizar la creación del mural hizo que cualquier homenaje a Helios Gómez se desvaneciera, siendo finalmente un conocido de esta ruta, Roc Blackblock, quien a finales de mayo del 2017 plasmara la inconfundible silueta de la Model dentro de su barrio junto a la inscripción «Presó Model 1904-2017? Cultura, cohesió, transformació, memòria, barri». No obstante, el artista quiso dejar una mitad en blanco como particular homenaje al espacio que merecía Gómez.

Lejos de quedar esta intervención como hecho aislado, la conquista de La Model por las plataformas cívicas continuó y se acrecentó con el cambio de Ayuntamiento, que en manos de los comuns propició iniciativas como la del rapero catalán Pau Llonch que, como protesta por las crecientes condenas al colectivo (Valtònyc, Pablo Hasél), quiso rodar un videoclip en el patio de la cuarta galería en el que se le viera haciendo un grafiti reivindicativo.

Ante el sorpresivo «sí» del Ayuntamiento, Llonch aprovechó la oportunidad para hacer un llamamiento en redes sociales a artistas de diferentes estilos que crearon un escenario con potentes obras en las que se denunciaba de forma expresiva y creativa, la represión que en plena democracia aún se vivía.

¿Termina con estos dos ejemplos el tipo de arte urbano que se practica en la Modelo desde la pasada década? Convertido en uno de los mayores lienzos de libertad de expresión ciudadana de Barcelona, tras una exposición efímera en la que los muros de la cárcel mostraban imágenes de su historia a través de sus estancias vacías, los tramos de Provença y Entença se convirtieron en 2021 en altavoz para las ilustradoras Lola Vendetta, María Pichel, Amaia Arrazola, Vicky Cuello, Carolina Monterrubio y Marina Capdevilla, que crearon un mural colectivo bajo el lema «Juntas, diversas y rebeldes». En él reivindicaban el papel de la mujer en la lucha por los derechos sociales.

Medianera del carrer Riego

Salimos en busca de la estación de Sants, atravesando los páramos desiertos de hormigón que convierten a las plazas de Països Catalans y Joan Peiró en la antítesis del Barcelona Posa’t Guapa para reencontrarnos con otra de las intervenciones del proyecto original.

Se trata de otras de las medianeras en Barcelona que se ven camufladas por el entramado vegetal a la forma y usanza de las intervenciones en Badal. Coetáneas a éstas, el tramo a embellecer consistía en salvar un abrupto desnivel entre el Passeig de Sant Antoni y el carrer de Riego que posibilitaba que desde el nivel superior se viera con todo detalle la pared desnuda y desconchada del edificio colindante, hoy convenientemente tapada bajo un espeso manto de vegetación desordenada pero eficaz en su cometido.

Mural de Can Vies

Antes de emprender el camino que nos lleva de Plaza Sants al final de ruta junto a Plaza España, hacemos una breve intromisión en el carrer de Antonio de Capmany esquina con el dels Joc Florals (lado sur) para visitar otra de las obras del ya nuestro amigo Roc Blackblock, más reivindicativa aún que la que preside La Model.

Se trata de un mural de 2015, destinado a recordar los graves disturbios acontecidos en este mismo lugar justo un año antes, en mayo de 2014, cuando el desalojo de los okupas de este centro social autogestionado y el derribo de parte de sus instalaciones, provocó una masiva ola de protestas de simpatizantes y gente del barrio que acabaron con cargas policiales, quema de mobiliario urbano y numerosas detenciones durante toda una semana.

Tras la derrota del gobierno de Xavier Trias (instigador de la demolición), con la efeméride de los 18 años de vida del centro y el primer aniversario desde la «legalización» de la situación presentes, Blackblock plasmó el rostro de una joven con mirada combativa bajo el lema «Deixem de ser ramat per convertir-nos en manada» (Dejemos de ser rebaño para convertirnos en manada)», que desde entonces da la bienvenida a un ya punto de encuentro indispensable para el barrio.

Creu Coberta Meeting Point

Terminamos la primera de las rutas inspiradas en el Barcelona Posa’t Guapa junto a un lugar emblemático para todo lo que el proyecto significó: la Plaça Espanya.

Justo antes de llegar a ella atravesando Creu Coberta de principio a fin desde su lado norte, nos encontramos con un espacio plenamente recuperado para la ciudadanía en 2015 y, por las connotaciones históricas, especialmente para el barrio de Hostafranc.

Se trata de la Creu Coberta Meeting Point, un lugar creado tras la apertura del carrer Diputació y gestionado plenamente por la Asociación Comercial Creu Coberta, una de las más activas de la ciudad y cuya herencia es un espacio reservado para el uso ciudadano, y no menos importante para la causa que nos trae aquí, embellecido con numerosos murales que lo convierten en un autentico museo al aire libre.

En él exponen sus obras artistas como Camil Escruela, Claudio Limón, Enric Font, Escola Joso, Irene López, Irene Valiente, Kenor, Kram + Eledu, Lolo Lujo, Manu Manu, Pere Royo, Pez, R13 Alberto Ramoneda, Slomo y Uriginal, quien, como curiosidad, indicar que es el responsable de que la cara de una Rosalía pre-Motomami (2018) presida la medianera de mayor tamaño.

Lugar dentro de la Creu Coberta donde surgió el barrio de Hostafrancs
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