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Rutas temáticas por Barcelona

Ruta de la Barcelona Posa’t Guapa

La Barcelona preolímpica era una ciudad que comenzaba a quitarse los complejos que 40 años de dictaduras y alcaldes corruptos le habían causado. Para ello, uno de los proyectos más relevantes fue el de Barcelona Posa’t Guapa, destinado a embellecer rincones ocultos de la ciudad más allá de los que el mundo entero vería el verano del 92 a través de sus televisores.

¿Se puede recorrer la historia de las últimas 4 décadas de una ciudad a través de sus paredes medianeras? Esta es una de las propuestas de la ruta de Barcelona Posa’t Guapa: un proyecto que surgió de la Barcelona preolímpica y que durante tres décadas ha intervenido miles de espacios y en torno a 27.000 edificios de la ciudad, con actuaciones por valor de más de 600 millones de euros.

Una ruta que, si bien no tiene la monumentalidad de cualquier otra que ponga en valor el modernismo imperante o una falsa, pero resultona, arquitectura gótica, esconde joyas como Balcones de Barcelona, pero sobre todo nos enseña un modelo de ciudad participativa, inclusiva y donde cualquier rincón puede ser digno de Instagram.

Una Barcelona que supo quitarse sus complejos a golpe de pintura, reclamación vecinal y que por suerte, aún se revindica con proyectos tan actuales y rupturistas como los que en su día se pusieron sobre la mesa para enseñarla al mundo no solo desde el Estadi de Montjuïc, sino también desde Vallcarca, Zona Franca y Sant Gervasi.

Por otra parte, la ruta de la Barcelona Posa’t Guapa nos adentra a las nuevas políticas de intervención urbana desde una perspectiva no tan actual, sumergiéndonos en los gérmenes de lo que hoy son las superillas, los murales vecinales o los jardines verticales y mostrándonos los ejemplos que beben de esa ciudad que se lavaba la cara tras años de letargo franquista.

Una ruta que va desde la primera vez que se decidió que un edificio es más que su fachada principal, hasta las últimas obras de arte público que si bien no se integran en el plan inicial, se nutren de esas políticas de la Barcelona de Maragall: un alcalde empeñado en maquillar una ciudad que lucía demasiadas cicatrices tras cuarenta años de maltrato y letargo… ¡i tant que Barcelona se puso guapa!

Ruta de Barcelona Posa’t Guapa: la democratización de lo gentrificador cuando ni conocíamos el término

Barcelona es una ciudad que, sobre todo en el último siglo, cuando más ha crecido y prosperado, ha sido a base de la cultura del «pelotazo»: entendido el término como el momento en el que una situación histórica o celebración, ha impulsado y dinamizado el entorno.

Así lo fue en la Barcelona de la Exposición de 1888, que le sirvió no solo para la puesta de largo del parc de la Ciutadella y el Arc de Triomf, sino para también quitarse las telarañas de los años de ocupación militar y reducir el negror que producían los hollines de sus prósperas fábricas.

Repitió jugada en el 29 con la Expo que trajo el esplendor a Montjuïc, por aquel entonces cantera y zona de barracas, a la par que reordenaba su casco urbano para aquellos visitantes que salieran de la Muntanya Màgica y pudieran admirar un falso escenario entre lo medieval y lo parque temático que, no por irreal, resultaba menos bello.

Es por ello por lo que, tras los 40 años en los que un señor bajito con mala leche abocaba a todo un país al subdesarrollismo, no sonaba descabellado que la ciudad volviera a recuperar su esplendor preparando uno de esos eventos que tan bien se le daba como anfitriona.

Y esa oportunidad llegó con las Olimpiadas del 92, solo que tras la dictadura y alcaldes más preocupados en hacer caja que en hace progresar la ciudad, ya no solo cabía adecentar un viejo estadio y sus abandonados solares adyacentes: había que lavar la cara a toda una ciudad a la que durante 20 días miraría todo el mundo. Y no bastaba que la vieran guapa, también inteligente y resolutiva.

Barcelona tenía que lucir su mejor versión, aquella que dejara atrás la oscuridad del franquismo y mostrara que allí no había ni trampa, ni cartón: que Montjuïc no era un escenario, y que quien bajara las escaleras del Palau Nacional y se adentrara en cualquiera de los 72 barrios, encontraría siempre un rincón donde detenerse y disfrutar de la ciudad por entera. De eso trataba el proyecto Barcelona Posa’t Guapa que estamos a punto de desgranar.

[Pulsando sobre cada marcador azul (el marcador, no la letra) obtendrás un resumen sobre cada parada y enlaces a artículos explicativos]

Debido al carácter global del proyecto Barcelona Posa’t Guapa y sus notables efectos en toda la ciudad, hemos dividido la ruta en tres tramos diferentes, que la recorren de principio a fin a través de sus principales hitos y las obras que, anteriores o posteriores al tiempo que estuvo en activo (1985-2009) beben del espíritu de la Barcelona callejera, ciudadana y cohesiva.

Adicionalmente, al atravesarse tramos de la ciudad que puedan parecer desprovistos de encantos como para protagonizar una ruta, se añaden destacados entre parada y parada con puntos de interés que no nos pueden pasar desapercibidos y suponen toda una excelente oportunidad para descubrir la Barcelona más secreta y curiosa.

Barcelona Posa’t Guapa lado Llobregat

Barcelona Posa’t Guapa lado Mar

Barcelona Posa’t Guapa lado montaña

Barcelona Posa’t Guapa lado Besòs

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