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Edificios sorprendentes de Barcelona

Edificios contemporáneos de Barcelona curiosos

¿Qué es un «edificio curioso»? Aquel que por su fisionomía o singularidad, nos llama la atención dentro de su entorno. A continuación os recogemos una selección de aquellos que, por intentar ser modernos en su momento, acabaron creando debate sobre su existencia. 5 ejemplos de edificios contemporáneos de Barcelona que no dejan indiferente a nadie.

El manido adjetivo de cosmopolita siempre rondó con orgullo a la Barcelona de finales de siglo XX. Un adjetivo que le venía a la capital catalana como anillo al dedo para diferenciarse de la Madrid castiza y de una España que tardaba en desprenderse del oscurantismo de años de dictadura. Unos tiempos en los que se decía que Europa comenzaba desde aquí, pero que sin embargo, siendo sinceros, no se reflejaba en su arquitectura: los edificios contemporáneos de Barcelona brotaban tímidamente ante un modernismo que luchaba por no ser enterrado por el desarrollismo.

Así, no fue hasta la fiebre olímpica de mediados de los ochenta cuando Barcelona comenzaba a dibujar un skyline más allá del perfil de Montjuïc y las grúas de la Sagrada Familia, con las torres Mapfre como símbolo de este crecimiento en vertical.

Sin embargo, que no haya sido característico no significa que no existieran los edificios contemporáneos de Barcelona de mediados – finales del siglo XX. Edificios como la polémica torre Urquinaona ya respondían a un característico sentido rupturista con lo clásico desde 1968, definiendo un nuevo modelo de construcción en el que lo llamativo no siempre resulta bello, pero sí ¿necesario?. Bienvenidos a los edificios contemporáneos de Barcelona más curiosos.

5 edificios contemporáneos de Barcelona deliberadamente llamativos

Pare Claret 112

Este edificio es todo un símbolo de esta «nueva Barcelona». Inspirador de este artículo y también del libro de Lluís Permanyer «Barcelona la Lletja» (cuya imagen ilustra su portada), el edificio situado en el 112 de Sant Antoni María Claret, -donde el Eixample más burgués comienza a saludar a la periferia post Sagrada Familia-, representa todo lo bueno y todo lo malo de la creatividad marca Barcelona.

Estos edificios es de los que no es que rompan con el entorno, es que lo apisonan. Curiosamente el Pare Claret 112 (que por pervertir, pervierte hasta el nombre del misionero hasta vulgarizarlo) se sitúa entre un edificio de corte modernista y otro de estilo desarrollista, haciendo bueno a este último que, como tantos que afloraron en el Eixample de Porcioles y compañía, su mejor virtud es simplemente no ofender con su falta de personalidad.

En esto, el Pare Claret 112 va sobrado. Este edificio obra del arquitecto Mario Catalán Nebot inició un importante debate no visto desde que los vecinos de Passeig de Gràcia le retiraran el saludo a los Milà por la aberración que les suponía la Pedrera. Ese llamativo revestimiento de gresite azul intenso, propio de una piscina hortera, no estaba preparado para la Barcelona de 1975 aún con el dictador dando sus últimos estornudos.

Hoy, con mayores atrocidades causadas no solo en el paisaje, sino en el patrimonio barceloní, lo del Pare Claret 112 ya no pasa de lo anecdótico, pero no le quitemos el mérito al bueno de Catalán Nebot de haber encabezado el debate de dónde acaba lo rupturista y empieza lo deliberadamente hortero.

Apartaments València

Català Nebot tuvo una carrera corta en la arquitectura debido a su prematura muerte a los 44 años, pero menuda carrera… Si Pare Claret 112 no dejaba indiferente a nadie como uno de los edificios contemporáneos de Barcelona más llamativos, un año ante, en 1974, este polémico autor ya había puesto la piedra fundacional de lo deliberadamente kitsch en el clasiquísimo Eixample con los Apartaments València.

Como si de una pieza de Lego gigante se tratara, los Apartaments València (València 384) irrumpen en el Eixample más cercano a la Sagrada Familia como un elefante en una cacharrería. Y tal fue el ruido ocasionado en pleno salón clasicista barcelonés que su existencia motivó el llamado «Comisión de Calidad del Eixample«: un comité de expertos arquitectos y urbanistas creado expresamente para que edificios como los Apartaments València no rompieran el aire modernista y clásico del distrito por excelencia de la ciudad.

Comercial Hispano-Olivetti

No iba a ser Català Nebot el «culpable» ni quien firmara las mayores «atrocidades» de los edificios contemporáneos de Barcelona, ni el único en traer la modernidad arquitectónica allí donde ni se la espera, si se la desea.

En un temprano 1960 y al calor de la Barcelona del desarrollismo (aquella que se pasó por el forro los preceptos estéticos del modernismo y racionalismo para llenar todo hueco existente de cemento, ladrillo y hormigón), la Hispano-Olivetti planteó a los arquitectos Ludovico Belgiojoso, Enrico Peressutti y Ernesto Rogers, la tarea de construir las oficinas centrales de esta popular empresa, en auge por aquel momento.

Ese auge le permitió a la Hispano-Olivetti poder contar con un privilegiado espacio a apenas unos pasos del centro neurálgico de la ciudad, el número 18 de la Ronda Universitat. Y es allí donde, entre edificios modernistas representativos de la opulencia burguesa de la Barcelona industrial, los nuevos burgueses perpetraron este atentado contra el entorno y el buen gusto.

La fachada pretendía ser moderna a través de un juego de volúmenes de forma escalonada que alcanzan su mayor expresión en el centro de ésta, con el cristal y el metal como únicos elementos constructivos que le dan un carácter demasiado llamativo para un espacio donde la piedra y el estuco preponderan.

Hotel Guitard Grand Passage

Y es que no hay nada más moderno que un acero recubierto de cristal. Barcelona llegó tarde a una solución arquitectónica de la que Chicago y Nueva York hacían gala hace décadas, pero llegó.

Así lo demostraba el hotel Guitard Grand Passage, que se inscribía como uno de los edificios contemporáneos de Barcelona más llamativos en 1981, cuando el arquitecto Norman Cinnamond Planas (nieto de Santiago Rusiñol y célebre por puertos como el de Platja d’Aro o Port Ginesta) lo concebía como edificio de apartamentos.

Por aquel entonces, el mencionado Comité de Calidad del Eixample ya estaba vigilante, pero también la arquitectura propia de la Barcelona democrática: moderna sí, pero menos tosca y ególatra que sus predecesoras.

En este contexto, el Hotel Guitard Grand Passage irrumpía en la isla de casas del carrer Muntaner 112 con su vidrio y aluminio, pero también con la elegancia que otorga sus ondulantes balconadas en homenaje a la Pedrera y otros edificios modernistas donde lo curvo era norma.

Edifici Suites Avenue

Y del homenaje que el nieto de Rusiñol le hacía a la Pedrera, al que Toyo Ito plantó frente a ésta: una fachada cuya doble cubierta evoca las olas gaudinianas mediante planchas metálicas, rompiendo con el entorno burgués preponderante… o no.

Más bien no, porque lo que el premio Pritzker al que le debemos el Palau Sant Jordi o el rojizo hotel Porta Fira, lo que quiso con la reforma de este otrora edificio de oficinas era mejorar lo anterior, que no venía a ser otra cosa que una anodina fachada de cristal que poco o nada aportaba al Passeig de Gràcia.

Con mayor o menor acierto, Ito consigue con su homenaje sumar cierta modernidad a un espacio que se había degradado por el abuso que de lo funcional se hizo en las décadas del desarrollismo.

Bonus track: Edifici Estel

Si los 5 ejemplos de edificios contemporáneos de Barcelona vistos hasta ahora, no se caracterizan precisamente por pasar desapercibidos en su entorno, hasta hace bien poco el honor del más llamativo y escandaloso a la vista lo tenía el Edifici Estel.

Hijo directo del Comercia Hispano Olivetti por sus formas, este mamotreto de 14 plantas y con 120 metro de anchura en plena Avinguda Roma se hacía visible desde cualquier punto de la ciudad, siendo señalado por ello como uno de los edificios más feos de Barcelona y con razón.

Como sede de la Telefónica, el edificio Estel de Francesc Mitjans (sí, el del Camp Nou), se plantó en 1975 como símbolo de uno de los últimos ejemplos de la arquitectura desarrollista, donde el hormigón y la ocupación del mayor espacio disponible primaba frente al gusto estético.

La opinión generalizada como edificio feo, pero feo, feo, feo… provocó que para su reconversión en viviendas de lujo (iniciada en 2007 pero no materializada hasta 2025 tras un largo tira y afloja con los diferentes Ayuntamientos de la época), se reformara por completo, desapareciendo toda la fachada aunque manteniendo las formas escalonadas, que fueron rellenadas por el equipo formado por BCA • Blanch + Conca Arquitectura mediante un muro cortina en el que la luminosidad, el verde y los destellos del cristal, han mejorado y devuelto cierto esplendor a una estampa durante años odiada por muchos barceloneses.

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