La sede del distrito de cada una de las 10 divisiones territoriales barcelonesas lucen y actúan como auténticos ayuntamientos para poblaciones que superan con creces las de una ciudad media… y es que realmente, muchas de ellas, antes de llegar a formar parte de la gran Barcelona, fueron prosperas villas con su propia organización administrativa.
Es esta la razón por la que, en lo que en otras ciudades sería una simple oficina de atención ciudadana, en Barcelona una sede del distrito puede presumir de mejor presencia que mucho de los consistorios de otros municipios.
De los 10 distritos de Barcelona, tan solo 3 no han tenido una función consistorial: la sede del distrito del Eixample, por ser un barrio que ya surgió con esta vocación; la sede del distrito de Ciutat Vella, por haberse llevado las funciones anteriores a la anexión de las villas en el propio ayuntamiento de la plaza Sant Jaume; y la de Nou Barris, por ser un distrito con apenas 6 décadas de historia.
Existe una cuarta sede del distrito cuyo uso consistorial no es del todo exacto… se trata de la sede del distrito Sants-Montjuïc, que pese a ser una villa independiente con anterioridad a 1897, su ayuntamiento no se encontraba donde está actualmente la sede.
A continuación, daremos repaso a todos estos 10 mini-ayuntamientos y a la historia de cómo se han convertido hoy en día en el centro administrativo de cada uno de los distritos.
Las 10 sedes de distrito en Barcelona
La actual división administrativa de Barcelona data de 1984, momento en el que todos estos edificios pasaron oficialmente (de facto ya actuaban como delegaciones del Ayuntamiento) a ser la sede de distrito correspondiente.
De esta forma, los 1.660.122 habitantes censados en Barcelona a 2023, disponen de los mismos servicios que se ofrecen en la plaza Sant Jaume con carácter general, sin necesidad de tenerse que trasladar a este punto de la ciudad para cualquiera de estas gestiones, a la par que la administración tiene una forma práctica y lógica de evitar la sobredimensión de tareas burocráticas.
Sede de distrito Ciutat Vella
La primera de las sede de distrito es la del barrio más céntrico y el originario de la Barcelona que conocemos a día de hoy.
La sede de distrito Ciutat Vella la encontramos entre las plazas Vicenç Martorell y la del Bonsuccés, ocupando el que era uno de los edificios del Antic convent del Bonsuccés.
El edificio original de la sede del distrito de Ciutat Vella se usaba desde 1626 como lugar de recogimiento para la orden de los Servitas, también conocidos como Sirvientes de María. Una orden que se instaló en Barcelona en 1576 a las faldas de Montjuïc, no llegando a este rincón del Raval hasta 50 años más tarde, pasando entremedio por un exilio.
Y del exilio a la desamortización de Mendizabal, mediante la cual este edificio religioso dejaba de ser un lugar eclesiástico para pertenecer a las milicias militares.
Los diferentes planes de descongestión del casco antiguo que se llevaron a cabo durante la primera mitad del s.XX, produjeron que el resto de dependencias, que recorrían gran parte del carrer Ramelleres, se demolieran en 1945 para dar lugar a la plaza Vicenç Martorell.
El edificio superviviente fue reformado por Adolf Florensa (arquitecto municipal encargado de la transformación del barri Gòtic y con otras intervenciones similares como las llevadas a cabo en la Plaça Nova o en la Plaça Sant Felip Neri), el cual conservó el que son los elementos que a día de hoy son los más distintivos de la ahora sede del distrito Ciutat Vella: la galería de arcos de medio punto que une las dos plazas y la puerta datada de 1690, de la cual destaca el escudo de las sirvientes de María.
Esta sede de distrito Ciutat Vella da servicio a los barrios del Raval; Barri Gòtic; la Barceloneta; Sant Pere, Santa Catalina i El Born.
Sede del distrito Eixample
El segundo de los distritos de la ciudad ya contó desde su inicio con un edificio con vocación administrativa. Construido por el arquitecto municipal Pere Falqués en 1893, el edificio que encontramos en la esquina del carrer Aragó con el carrer Bruc, (junto al Mercat de la Concepció) era ya por entonces lo que se conocía como una subtenencia de alcaldía: un edificio que realizaba la función de consistorio para evitar que los vecinos tuvieran que desplazarse lejos.
El exponencial crecimiento del Eixample desde sus inicios y su concepción como barrio con todos los servicios posibles (una temprana ciudad de los 15 minutos) produjo un aumento poblacional que hacía necesario que cualquier gestión se pudiera resolver de forma independiente sin necesidad de acudir a la plaça Sant Jaume.
Pese a que por aquel entonces el modernismo ya comenzaba a despuntar, Falqués (a quien le debemos las farolas del passeig de Gràcia y Lluís Companys, y los mercados de Sants y El Clot entre otros) decidió imprimir un carácter plenamente historicista a la sede del distrito Eixample, con principal devoción por los detalles góticos.
Los apreciamos en elementos plenamente visibles como los arcos ojivales y los rellenos de sus aperturas o el escudo de la ciudad tallado en la piedra. En origen contaba con un elemento que lo asemejaba aún más a este estilo, como resultaba el pináculo metálico que coronaba su fachada.
El hecho de que nos encontremos con el distrito más poblado de la ciudad, con 262.485 habitantes, produce que, curiosamente y pese a que fue concebido para que sus habitantes no tuvieran que desplazarse demasiado, la sede del distrito Eixample de servicio a barrios que le quedan tan lejanos como Sant Antoni, la Nova Esquerra del Eixample o el Fort Pienc.
Otros barrios a los que da servicio la sede del distrito Eixample son Sagrada Familia, Eixample Dreta y la Antiga Esquerra de L’Eixample.
Sede del distrito Sants-Montjuïc
El tercer de los distritos de la ciudad es el primero que, antes de ser parte de Barcelona, fue villa independiente. Es por ello por lo que, a pesar de los esfuerzos de Falqués por dar la apariencia al del Eixample de Casa Consistorial, el de Sants-Montjuïc la tiene aún más por haber sido en origen lugar donde se dirimían los asuntos de la población de Santa María de Sants… o no.
Tal como se indicaba en la introducción, el caso de la sede del distrito Sants-Montjuïc tiene la peculiaridad de que no ocupa las dependencias del antiguo Ayuntamiento de la villa: ocupa las de otra tenencia de alcaldía, en este caso la de Hostafrancs.
Así, el edificio que hoy encontramos en el carrer de la Creu Coberta, a pocos metros de que se convierta en el carrer de Sants, surgió en 1839 para que los habitantes de Hostafrancs y La Bordeta, pudieran dirimir sus asuntos y gestiones.
Estos dos, ahora barrios, se anexionaron a Barcelona antes incluso que la villa de Sants, siendo la primera de las anexiones que la Diputación promovió durante el s. XIX y parte del XX para hacer crecer la gran ciudad.
Pertenecer a Barcelona ofrecía a Hostafrancs beneficios en los aranceles comerciales entre otros asuntos, por lo que no pusieron objeción alguna a perder su independencia. Eso sí, a cambio de una única condición: poder contar con un espacio similar al de Sant Jaume que les evitara tener que acudir allí. Ya no por razones únicamente de ahorrar en desplazamientos, sino por no tener que pasar el mal trago de atravesar una ciudad por aquel entonces aún encorsetada entre murallas y con problemas de saneamiento.
Es así como surge el primigenio edificio de la tenencia de alcaldía de Hostafrancs. El imponente edificio de estilo entre novecentista y modernista que apreciamos a día de hoy fue posterior, levantado por el arquitecto Jaume Gustà y Bondia en los mismos terrenos en 1885, cuando la población de este lugar requirió una considerable ampliación.
¿Y qué ocurría mientras tanto con el resto de los barrios de Sants? Lo que hoy sería Badal y el propio Sants, contaban con su propio Ayuntamiento, en lo que hoy sería los terrenos a la altura del carrer Roses y Miguel Ángel en plena Rambla de Brasil.
Y es la circunstancia de encontrarse en plena Rambla de Brasil por lo que desapareció, siendo derribado en 1969 para llevar a cabo los desastrosos planes del infame alcalde Porcioles de crear el primer cinturón de ronda, que por no ir soterrado como a día de hoy (ronda del mig), se llevó por delante centenar de casas, calles y plazas, entre ellas la de Victor Balaguer donde se encontraba el Ayuntamiento.
Respecto al resto de barrios a los que la sede del distrito Sants-Montjuïc da servicio, con anterioridad a la nueva división territorial de 1984 eran parte plena de la Barcelona originaria, siendo Poble-Sec y La Font de la Guatlla los más destacados poblacionalmente por entonces, y el resto (La Marina del Prat Vermell, La Marina de Port y la propia montaña de Montjuïc, territorios con población muy ruralizada y segregada.
Caso especial es el de la Zona Franca, ya que se trata de un territorio ganado a L’Hospitalet en la segunda década del s.XX para su uso industrial y comercial.
Sede del Distrito Les Corts
El cuarto de los distritos es otra de las villas ganadas en el año 1897, siendo su sede su antiguo Ayuntamiento, sin ningún tipo de trampa al respecto.
No obstante, para cuando se construyó el edificio de la plaza Comas 18, en 1884, poco le quedaba de independiente a Les Corts: una población que ya conocía lo que era pertenecer a otro municipio, ya que antes de ser absorbido por Barcelona, perteneció a Sarrià hasta 1836, momento en el que se segregó.
Contrario a lo que se piensa, el nombre no le viene de la nobleza o burguesía de sus terrenos, siendo éstos por entonces eminentemente rurales, sino del término «cohortis», que significa masías, siendo éstas numerosas por aquellos tiempos en estas tierras.
Y una de esas tierras eran las pertenecientes a Dolores Masferrer Bosch, la dueña de Can Sòl de Dalt, tierras que cedió al gobierno civil de Les Corts para que en ellas construyera el Ayuntamiento. Éste contactó con el arquitecto Antoni Rovira Rabassa, que levantó un edificio en estilo neoclásico en el que el elemento más característico es un frontón profusamente ornamentado sobre la tribuna.
Pero para característico de la plaza Comas, el fiel compañero de la sede del distrito de Les Corts: la escultura del Pau Farinetes.
El Pau Farinetes era un payés muy conocido en la villa a finales del s.XIX, al que se le decidió honrar casi un siglo después, en 1989, como símbolo del Les Corts rural e independiente.
Desde la sede del distrito de Les Corts se administra los barrios de Les Corts; la Maternitat i Sant Ramón y, -no sin conflicto de por medio con el distrito de Sarrià-, Pedralbes.
Sede del distrito de Sarrià-Sant Gervasi
Seguimos con los edificios sede del distrito que se han reaprovechado a partir de las antiguas casas consistoriales.
Para el de Sarrià, -la última de las villas del plano anexionadas a Barcelona en 1921-, el por entonces arquitecto municipal Francesc Mariné Martorell diseñó un edificio de estilo entre ecléctico y academicista, muy propio de este tipo de edificaciones en las que se mezclaban elementos clásicos entre las balconadas.
Que la fecha de construcción del edificio consistorial, fuera tan cercana a la de las primeras anexiones de Barcelona (que en 1897 sumó Sants, Sant Martí, Sant Andreu, Les Corts y Sant Gervasi a sus dominios) no fue motivo de que cesara la actividad administrativa sarrienca, que seguía su propio modelo barcelonés y en 1890 se adjudicaba Vallvidrera y en 1916 Santa Creu d’Olorda.
Finalmente y no sin oposición de Sarrià, llegó la anexión a Barcelona convirtiéndose en el segundo distrito con mayor territorio y, con 140.461 habitantes, el séptimo en población.
Desde la sede del distrito de Sarrià-Sant Gervasi se administran los barrios de Vallvidrera; el Tibidabo i les Planes; Sarrià, Les Tres Torres; Sant Gervasi-La Bonanova; Sant Gervasi-Galvany; y el Putxet i el Farró.
Sede del distrito de Gràcia
Gràcia es uno de los diez distritos que más relación belicosa ha tenido con la dependencia-independencia de Barcelona. Surgida en torno a la iglesia dels Josepets en 1628, fue villa independiente en el corto periodo del trienio liberal, entre 1821 y 1823. Sin una consideración plena de lo burgués con lo que asociaban a Barcelona, volvió a convertirse en independiente en 1850 hasta que, por decreto y sin la voluntad del pueblo gracienç, finalmente se convirtió en dominio Barcelonés en 1897.
Quizás para congratularse con el antiguo pueblo independiente, desde el ayuntamiento barcelonés una de las primeras remodelaciones que realizaron en Gràcia fue la de su casa consistorial, que hoy luce tal como luce gracias a la reforma llevada a cabo en 1905 de manos de Francesc Berenguer Mestres.
Mestres aprovechó la tendencia modernista imperante para imprimir con este estilo la nueva fachada, quedando de la antigua apenas las molduras de la primera planta y la base.
Desde esta sede del distrito de Gràcia se administran los barrios de Vallcarca i els Penitents; El Coll; La Salut; Vila de Gràcia y Camp d’en Grassot i Gràcia Nova.
Curiosamente, desde la sede del distrito de Gràcia también se administra una pequeña porción del territorio que corresponde / le correspondería a Sarrià – Sant Gervasi. Concretamente el de la iglesia dels Josepets, que por localización se encuentra en el distrito vecino: hecho que fue mal visto por los gracienç que no consideraban de recibo que su iglesia fundacional cayera en manos de otra administración. Un hito a modo de frontera marca este aspecto en las escaleras de acceso a la iglesia.
Sede del distrito Horta-Guinardo
El antiguo municipio de Sant Joan d’Horta fue otro de los que resistió el primer gran envite de las anexiones del plano de Barcelona, no llegando a pertenecer a esta ciudad hasta 1904.
Pese a ello, la que hoy es sede del distrito Horta-Guinardo no corresponde al edificio del antiguo consistorio, ni siquiera se encuentra en el que era su principal núcleo urbano, -en torno a la plaça Eivissa-, sino más bien en su extremo sur, casi lindando con Gràcia.
Se trata del edificio denominado como Casa de les Altures. Nombre que le proviene de encontrarse en sus dependencias el depósito que serviría para elevar los numerosos caudales de aguas que en este rincón de la ciudad se encontraban y por lo que Horta ganó merecida fama.
El edificio de la sede del distrito Horta-Guinardo fue en origen la vivienda del director de la Societat d’aigües de Barcelona, pero le puso tanta profusión a la decoración del edificio el arquitecto Enric Figueras en el 1890 que, finalmente, se decidió dedicarlo como sede de la compaía.
Figueras quiso imprimir a su edificio un estilo neoárabe muy popular a finales del s.XIX. Las crecientes publicaciones sobre viajes al lejano oriente o a la Andalucía clásica, hicieron que se popularizara un tipo de construcción que evocara estos viajes, como el edifico Alhambra o la torre Marsans. Es así como encontramos en la hoy sede del distrito Horta-Guinardó, numerosos elementos del arte nazarí granadino.
Ya en 1984 y aprovechando la nueva reordenación del terreno, el Ayuntamiento barcelonés compró el edificio a la Societat General d’Aigües para convertirlo en la sede del distrito Horta-Guinardó. Rehabilitación que le valió a su arquitecto, Victor Argentí, el premio FAD del año 1990.
Desde este rincón del parc de les Aigües, se administran los barrios del Baix Guinardó, Can Baró, Guinardó, La Font d’en Fargues, El Carmel, La Teixonera, Sant Genís dels Agudells, Montbau, La Vall d’Hebrón, La Clota y Horta.
Sede del distrito de Nou Barris
Es el distrito más joven de la ciudad. Sin un pasado como villa, la historia de Nou Barris comienza en los antiguos terrenos del propio Sant Joan d’Horta, donde a partir de la década de los años 50 despega su demografía mediante lo que se pasó a llamar como los años del desarrollismo.
Hasta entonces siendo este un terreno muy rural y disperso, se aprovechó la gran cantidad de territorio por urbanizar para ubicar en ellos a los migrantes provenientes del sur del país. La falta de planificación y de medios por parte de las autoridades de la dictadura franquista, fomentó la autoconstrucción, el hacinamiento y la falta de servicios en torno a estos nucleos.
No fue hasta la llegada de la democracia que comenzara a dignificarse y dotarse de servicios a estos nuevos barrios, que dejaron de pertenecer a Horta para poseer una identidad propia. Surgía así Nou Barris en la década de los 70, denominándose así gracias al nombre de la revista local con la que sus vecinos plasmaban sus demandas.
Parte de esa dignificación por parte de las autoridades vino al reconvertir el antiguo Institut Mental de la Santa Creu (un innovador hospital psiquiátrico promovido por el doctor Pi i Molist a mediados del s.XIX, para estudiar y dignificar las enfermedades mentales evitando los sistemas de represión y confinamiento usados hasta el momento) en la sede del distrito de Nou Barris en 1987.
Nou Barris así contaba como sede de su distrito una edificación histórica, con carácter monumental y alejada del tipo de arquitectura deficitaria y pobre que caracterizaba a sus primeras viviendas.
La intervención para convertir el antiguo sanatorio en sede del distrito de Nou Barris se completó con la creación de uno de los parques de mayor extensión de la ciudad: el parc central de Nou Barris, en 1997, consiguiendo así desdensificar el distrito y compensando la total falta de servicios que caracterizó a las décadas anteriores.
Desde la sede del distrito de Nou Barris se administran los barrios de Vilapicina i Torre Llobeta; Porta; Turó de la Peira; Can Peguera; La Guineueta; Canyelles; Roquetes; Verdún; La Prosperitat; Trinitat Nova; Torre Baró; Ciutat Meridiana y Vallbona.
Sede del Distrito de Sant Andreu
El antiguo ayuntamiento del ahora distrito Sant Andreu es el más sobrio de los de las antiguas villas del plano de Barcelona. Situado frente a la iglesia parroquial (que es la que se lleva el máximo protagonismo de la plaça Orfila), la ahora sede del distrito Sant Andreu se sitúa en un edificio de planta cuadrangular y formas rectas.
Prominente en balcones y buhardillas, su decoración se basa en esgrafiados que enmarcan las ventanas de la primera planta a juego con la forja de los balcones, además de unas columnas y el escudo de la villa que flanquean la puertas de acceso.
El motivo de tal sobriedad se debe a dos hechos: su construcción en un temprano 1867, donde el modernismo apenas se avistaba y el periodo industrial hacía imperar edificios escasos en decoración pero bien ventilados y funcionales; y el sufrir un incendio al poco de su construcción, en 1870.
Como curiosidad, si lo encaramos desde la plaza Orfila dirigiendo la mirada hacia el carrer Malats, podemos apreciar cómo una parte del edificio parece exenta o ligeramente separada del resto. Se trata de un edificio anexado a las dependencias municipales en 1915, lo cual también comportó que la entrada principal fuera desplazada del centro al lado izquierdo de la fachada.
Al datar del s.XIX, el antiguo consistorio de Sant Andreu no pudo apreciar los hechos históricos que en este mismo lugar se dieron en el s. XVII, cuando a las puertas de la parroquia de Sant Andreu de Palomar se concentraron los afamados segadores que darían letra al himno de Catalunya (y a la región una guerra que puso en su sitio a la burguesía de la época).
Desde esta sede del distrito de Sant Andreu se administran los barrios de la Trinitat Vella; Baró de Viver y el Bon Pastor (antiguamente pertenecientes a Santa Coloma de Gramenet); Sant Andreu; La Sagrera; Congrés i els Indians, y Navas.
Sede del distrito de Sant Martí
El último de los distritos barceloneses también tiene su sede en lo que era su antiguo ayuntamiento, de cuando los innovadores terrenos del ahora 22@ eran pertenecientes a Sant Martí de Provençals y el ahora Poble Nou no era más que un barrizal infestado de serpientes y anfibios.
Que donde se situa la Razzmatazz no fuera más que un fanguizal no quita a que Sant Martí de Provençals no fuera próspero. De aquella época le viene el manido apodo de «el Manchester catalán» precisamente por la cantidad de industria que comenzó a instalarse en estos terrenos en torno al s.XIX.
Esta opulencia económica permitió al consistorio martinenc dar mayor lustre al que era su primigenio Ayuntamiento, construido en 1865 por Rovira i Trias. Para ello contaron con otro de los arquitectos municipales de la vecina Barcelona, Pere Falqués, que por aquel entonces estaba dando lustre a la Ciudad Condal para la Expo de 1888.
Falqués respetó la construcción de Rovira i Trias, realizando interesantes añadidos como el campanar, inspirado en la Mole Antoneliana de Turín, y la decoración de la fachada principal, basada en columnas y un frontón con referencias clásicas.
Tras la anexión de Barcelona en 1897, el ayuntamiento de Sant Martí de Provençals pasó a convertirse en una tenencia de alcaldía, no siendo sede del distrito hasta 1984, donde pasó a administrar los barrios del Camp de l’Arpa; Clot; el Parc i la Llacuna del Poblenou; Vila Olímpica; Poblenou; Diagonal Mar i Front Marítim; El Besòs i el Maresme; Provençals de Poblenou; Sant Martí de Provençals y La Verneda i la Pau.