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Curiosidades de las plazas de Barcelona

Plaza del Ángel: un dedo amputado y una casa anarquista

Descubre cómo el dedo del pie amputado de una santa, origina el nombre de una plaza. Por si esta historia te sabe a poco, en este rincón de Barcelona se produjeron dos relevantes asesinatos aún hoy sin esclarecer.

El ángel del portal homónimo apareció para proteger la ciudad. En el caso del ángel que da nombre a la plaza situada en Vía Laietana, los modos no son tan serviciales…

En el número 2 de este rincón, nos encontramos con la Casa Calicó: un edificio que contrasta con su entorno por su marcada horizontalidad. Pese a convivir con edificios históricos como el Hotel Suizo o la confitería la Colmena, la Casa Calicó es clave dentro de la plaza del Ángel, cuyo nombre viene del detalle que guarda en una hornacina de su primera planta.

Sant Miquel acusador: el ángel protagonista de la plaza homónima

En este rincón, veremos la figura de un extraño ángel, que más que custodio se ve belicoso. Se trata del arcángel Sant Miquel, que con expresión de furia, señala con su dedo índice un lugar. Este lugar es el arco situado en la baixada de la Llibretería, donde según la leyenda, sucedió un milagro en el año 1339.

Ese año, se trasladaba el cuerpo de Santa Eulàlia de Santa María del Mar a la capilla construida en la Catedral expresamente para su adoración. Para ello, se decidió organizar una procesión donde todo el pueblo de Barcelona pudo ver desfilar a la santa.

Todo iba acorde a lo organizado cuando, al paso por el lugar donde señala el ángel de piedra (baixada de la Llibretería) el cuerpo de la santa pasó a pesar toneladas impidiendo el traslado. Por mucho que lo intentaban, los porteadores no eran capaces de dar ni un solo paso.

Ante la estampa, y viendo que el hecho procedía de una intervención divina, los allí presentes se arrodillaron a la espera de cualquier otro acto que les permitiera seguir con el traslado. Al poco, Sant Miquel se apareció y señaló con el dedo a uno de los canónigos allí presentes…

Ante la evidencia, el religioso confesó aprovechar que uno de los dedos del pie de Santa Eulàlia se desprendió, para quedárselo como reliquia. Una vez lo repuso, el traslado pudo continuar.

La plaza del Ángel se denomina así por la aparición que allí se produjo durante el traslado del cuerpo de santa Eulalia

Una escultura y un obelisco para recodar «que a la iglesia no se le roba»

Tras los hechos, la plaza que con anterioridad era Portal Mayor (y con aún mayor anterioridad, plaça del Blat), pasó a llamarse plaza del Ángel. No fue hasta las primeras décadas del 1600 cuando se quiso rememorar el «milagro».

En una época en que el estrato eclesiástico en Barcelona gozaba de mucho poder, a la iglesia le interesaba la promoción tanto de los relatos de fe, como de las historias que pudieran de alguna forma, calar en el pueblo su mensaje y promulgar su poder. Para ello, recuperar la historia del ángel acusador les venía muy bien propagandísticamente.

Por esa razón, en 1606 se alzó un obelisco en medio de la plaza. Doce años después se le acompañó de una imagen de Sant Miquel con la cruz bien visible en su frente.

El conjunto resultó gravemente dañado tras los hechos de 1714, reparándose 50 años después. Finalmente, en 1823 el gobierno revolucionario decidió su derribo por entorpecer el tráfico en la zona. La figura del ángel corrió mejor suerte y se conservó, trasladándose a una hornacina en el mismo lugar desde donde hoy en día es visible.

No obstante, el ángel «cabreado» que apreciamos hoy no es el original, estando el de 1618 custodiado a pocos metros, en el Museo Histórico de la Ciudad. La razón es que los daños sufridos y el creciente aumento del tráfico, hizo temer por su conservación, cambiándose por una réplica en 1966.

La Casa Calicó: una respuesta al expolio de la Vía Laietana

Que este rincón de la Vía Laietana luzca tan diferente pese a ser coetáneos del resto de edificaciones, es voluntad de la propia familia Calicó a la que da nombre la casa custodia del ángel. El edificio actual es una construcción de 1920, a partir de unos bajos donde Francesc Calicó se instaló desde Santa Coloma de Queralt, en 1745.

Cuando uno de sus descendientes, Xavier Calicó, decide renovar la por aquel entonces ya maltrecha edificación, desafió a los imperativos de la época. Éstos mandaban la construcción de edificios en un estilo que pretendía asemejarse al de las grandes ciudades americanas.

Es así como le encarga el proyecto a Josep Domènech Mansana, que ya trabajaba en otros edificios de Vía Laietana como la Caixa Mutua Popular. Mansana creó para la familia Calicó una edificación siguiendo los preceptos del aún vigente (aunque ya en decadencia) noucentismo. Mientras tanto, justo en frente se construía el que llegó a ser el edificio más alto de Barcelona, nada menos que la Casa Cambó.

La Vía A: elegancia a coste de arrasar con la historia

La Casa Cambó era propiedad del político regionalista Francesc Cambó, que aprovechó sus influencias en la ciudad para promulgar la construcción de la por aquel entonces denominada vía A, que con el tiempo pasó a llamarse Vía Laietana.

La Vía, contrariamente a lo que sucedía con los nuevos proyectos de ordenación urbanística (como el Eixample), no creció a base de ocupar nuevos solares, sino que su trazado resultó de un salvaje expolio de casas y palacios de la Ciutat Vella y el Born. Al no existir espacio físico, se tuvieron que derribar para la construcción de una vía ancha y cómoda para las nuevas necesidades.

Esas nuevas necesidades no eran otras que la de unir para el tráfico, el puerto con el nuevo distrito del Eixample. Para ello, se enmarcó la avenida con edificios de gran altura de estilo Art Decó o, como fue el caso de la Casa Cambó, adscritos a la Escuela de Chicago, imperantes en la época.

Pese a que se construyó en base a arquitectos de la talla de Cadafalch, el proyecto Vía A se convirtió en una masacre cultural. Edificios históricos como el Palacio de Monistrol, Sentmenat, el Convento de San Sebastián o de San Juan de Jerusalén, desaparecieron de un día para otro.

Otros consiguieron un curioso indulto (por lo aleatorio de éstos) trasladándose fuera de la vía, como fue el caso de la Casa Padellàs, -hoy museo histórico de la ciudad-, o la iglesia de la Encarnación, que hoy luce en el carrer Aragò junto al mercado del mismo nombre.

También desaparecieron muchas calles como Arc de la Gloria, Magdalenes, Graciamat, Batea, Consolat, Arc de les filateres, Fondet, la Plaça de l´Oli, Avellana, etc.

Plaza del Ángel: triste protagonista de los hechos de mayo

Los hechos de mayo hacen referencia a los sucesos que ocurrieron entre el 3 y 8 de mayo de 1937 en Cataluña. En plena Guerra Civil, surgieron importantes roces dentro del bando republicano entre anarquistas y comunistas, en desacuerdo en los intereses por los que luchar.

En un contexto en el que la CNT y la FAI eran fuerzas notables e influyentes dentro del Gobierno republicano, -sobre todo por el fuerte apoyo popular y obrero que ya arrastraban desde principios de siglo-, sus posturas radicales incomodaban a un gobierno, -el de Tarradellas y Companys-, cuyos postulados abogaban por confrontar a los fascistas pero sin radicalizar el Gobierno de la República.

La toma del edificio de la Telefónica (controlada por la CNT) por parte de la milicia republicana, desató una guerra interna de intereses. Las izquierdas dejaron de luchar por un mismo bien común y lo hacían también entre ellas.

El edificio de la Telefónica, en Plaza Catalunya
El edificio de la Telefónica se convirtió en un enclave estratégico de alto nivel para todos los bandos de la Guerra, dado que ocuparlo significaba controlar todas las comunicaciones de la ciudad. Su control derivó en los fatídicos hechos de mayo

Dentro de este contexto, el 5 de mayo a media tarde 12 agentes armados de los que aún se desconoce a qué bando pertenecían, se presentaron en el número 2 de la Plaza del Ángel y detuvieron a Camilo Berneri y Francesco Barbieri, dos anarquistas ácratas italianos. Pocas horas después, la Cruz Roja hizo presencia para retirar los dos cuerpos del piso, que presentaban claros signos de haber sido acribillados.

Poco se sabe del suceso y de por qué de tan salvaje ataque. Solo se sospecha que el activismo de Berneri en contra del comunismo de Stalin, -difundido a través de incendiarios artículos publicados en el diario Guerra di Clase, que él mismo dirigía-, y el activismo de calle de Barbieri como perteneciente a la CNT-FAI, pudieron tener mucho que ver para granjearse importantes enemigo de ambos bandos.

Tal es el misterio del suceso, que fue silenciado tanto por el fascismo (se habla de la policía secreta de Mussolini y/o de la OVRA en connivencia con los pro-fascistas de Estat Català) como por el comunismo (PSUC), siendo realmente pobres las referencias y las investigaciones en torno a este hecho.

Plaza del Ángel, un lugar tanto de oración, como de historia y memoria.

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